Filosofía: Tomás de Aquino

INTRODUCCIÓN

Tomás de Aquino (1225-1274) fue uno de los principales filósofos escolásticos. De origen noble, su familia no aceptó su ingreso en los dominicos, por lo que fue encerrado en la torre de un castillo durante un año para que cambiara de opinión. Tomás aprovechó este periodo para estudiar a Aristóteles. Después fue a estudiar a París con Alberto Magno, se doctoró en teología y en 1256 fue nombrado profesor por la universidad de París. Pasó diez años en Roma como consejero del Papa, regresó a París y mantuvo numerosas disputas respecto al aristotelismo.

PROBLEMA DEL CONOCIMIENTO/REALIDAD

Según Tomás de Aquino, razón y fe son independientes. La razón (filosofía) aplica procedimientos lógicos y se basa en el conocimiento del mundo sensible, a partir del cual derivan otras verdades. Las verdades filosóficas son verdades naturales. La fe (teología), parte de verdades reveladas, que se asumen sin discusión y se encarga de lo sobrenatural. Fe y razón son complementarias, no puede haber contradicciones entre ellas, puesto que, si las deducciones se han hecho de forma correcta, la filosofía alcanzará las mismas verdades que la teología. La filosofía hace comprensibles algunos aspectos de la fe, pero no la sustituye. No se puede conocer y tener fe a la vez, pues la fe implica incertidumbre. Las verdades teológicas guían la filosofía, son un referente que permite diferenciar entre razonamientos filosóficos erróneos y verdaderos. La verdad última teológica es inalcanzable para la filosofía, que no puede desvelar todos los misterios de la religión: mediante el razonamiento filosófico se puede demostrar la existencia de Dios, pero no se puede llegar a entender el misterio de la Trinidad.

Tomás de Aquino distingue entre esencia y existencia. La esencia es aquello que define a una entidad, se compone de materia y forma y es lo que comparten los seres de una misma especia, tanto con respecto a la forma como con respecto a la materia. Se identificaría, por tanto, con la potencia aristotélica, aquello que puede llegar a existir si se actualiza y pasa a ser en acto. La existencia es aquello por lo que la esencia existe y se identifica con el acto aristotélico, aquello que actualiza la esencia. Para dar respuesta al problema de la individuación (explicar cómo se distinguen los seres humanos), afirma que la individualidad tiene lugar cuando a la materia, que no es medible, se le dota de dimensiones medibles, es decir, cuando se le incorpora el accidente de la cantidad. El universo es contingente, por lo que requiere haber sido creado por Dios. Dios es, es decir, es acto puro, no se le puede identificar con la potencia. Las realidades concretas son algo, existen y tienen una esencia, pero la esencia de Dios consiste en no existir, por lo que es necesario y la Creación es contingente.

Tomás de Aquino rechaza la existencia de ideas innatas en la mente, sino que ésta es una “tabula rasa”, todas las ideas que llegan a ella se han captado a través de los sentidos. Distingue dos tipos de conocimiento: sensible y abstracto. El conocimiento sensible tiene lugar cuando se capta la realidad por medio de los sentidos y después, a través de la imaginación, se forma una imagen de la realidad en la mente, denominada fantasma. El conocimiento abstracto tiene lugar cuando el entendimiento ejecuta dos operaciones, la abstracción (el entendimiento agente toma aspectos comunes a una diversidad de objetos) y la formación de conceptos universales por parte del entendimiento pasivo a partir de la información obtenida por el entendimiento agente.

El ser humano solo puede conocer la realidad sensible, la divinidad queda fuera del ámbito de sus sentidos, pero sí puede tenerse un conocimiento indirecto de Dios. Existen unas formas o ideas ejemplares en el pensamiento de Dios que constituyen la esencia de las cosas. La captación de la forma mediante el proceso de abstracción permite al intelecto humano alcanzar el universal y formar conceptos. Los universales pueden darse de tres formas: ante rem (previos a las cosas, se dan en la mente divina y son las ideas ejemplares, anteriores a toda realidad); in re (en las cosas, son las formas de los individuos a partir de los cuales se clasifican en géneros y especies; está en las cosas mismas) y post rem (posteriores a las cosas, el ser humano conoce las formas por abstracción gracias al entendimiento; se alcanza como resultado final de un proceso iniciado en los sentidos).

PROBLEMA DEL SER HUMANO

(No recomendamos escoger este problema en este autor, pues dada la escasez de contenidos será difícilmente desarrollable en la prueba de Selectividad. Se menciona aquí solo como complemento al resto de la teoría).

La concepción del ser humano de Tomás de Aquino sigue la teoría hilemórfica de Aristóteles, pues entiende al ser humano como una unidad sustancial compuesta de materia y dotada de una forma denominada alma. Existen tres tipos de almas: racional (propia del ser humano); sensitiva (propia de los animales) y vegetativa (propia de las plantas).

La parte del alma racional correspondiente al entendimiento agente es capaz de realizar abstracciones y es inmortal.

PROBLEMA DE LA ÉTICA/MORAL

La ética de san Agustín es eudaimonista, pues todos los seres naturales tienden hacia un fin, la felicidad, equivalente a alcanzar la perfección y la excelencia. Felicidad es equivalente a virtud, entre las que distingue dos tipos: teóricas y éticas, que a su vez constituyen las vías para alcanzar la felicidad. La vía teórica, intelectual o contemplativa, desarrolla las virtudes teóricas y consiste en alcanzar la felicidad por la contemplación beatífica de Dios. Dado que el alma humana es inmortal y trasciende este mundo, la felicidad no puede hallarse en el reino terrestre, sino en el celestial. Es ser humano no puede acceder por sí mismo a la divinidad, por lo que necesita que la gracia de Dios ilumine su alma. La vía del hábito desarrolla las virtudes morales, pues otra forma de aproximarse a Dios consiste en adquirir el hábito de escoger, mediante la razón, la acción buena en cada momento.

La ley natural está formada por unos principios básicos impresos en la naturaleza del ser humano. Es descubierta cuando la razón delibera respecto a un asunto moral. Las normas morales son el reflejo de la ley natural y no el resultado de la convención o costumbres de cada lugar. Es una ley no escrita, universal e inmutable que todos los humanos reconocen, aunque pueden incumplirla. La ley natural está impresa en su naturaleza en forma de tendencias y hábitos y al hecho de que puede conducirse racionalmente y escoger los medios adecuados para alcanzar los fines. El origen de la ley natural es el mismo que las leyes que rigen el cosmos: son leyes que nacen en Dios y establecen fines en los seres y objetos naturales y en el ser humano.

Las leyes positivas son las que forman el derecho y son las leyes y normas escritas para organizar la sociedad. La naturaleza humana incluye la tendencia a vivir en sociedad y como la organización social requiere leyes escritas, Tomás de Aquino afirma que la ley positiva es una exigencia de la ley natural. Las normas de las leyes positivas deben inspirarse en la ley natural y carecerían de legitimidad si promovieran conductas opuestas a dicha ley.

Esta corriente que defiende la existencia de leyes naturales se conoce como iusnaturalismo.

PROBLEMA DE LA SOCIEDAD/POLÍTICA

(No recomendamos escoger este problema en este autor, pues dada la escasez de contenidos será difícilmente desarrollable en la prueba de Selectividad. Se menciona aquí solo como complemento al resto de la teoría).

Según Tomás de Aquino, el ser humano es un animal social por naturaleza, pero también tiene un fin transcendente. Esta condición se refleja en la organización social, que gira en torno al poder terrenal y al sobrenatural. Estado e Iglesia son independientes y autónomos. El Estado debe buscar el bien común, que se identifica con la ley natural. El poder político y el religioso son autónomos y compatibles, pero, en último término, el poder político está subordinado al poder religioso, pues su finalidad es hacer cumplir la ley natural.

PROBLEMA DE DIOS

Según Tomás de Aquino, razón y fe son independientes. La razón (filosofía) aplica procedimientos lógicos y se basa en el conocimiento del mundo sensible, a partir del cual derivan otras verdades. Las verdades filosóficas son verdades naturales. La fe (teología), parte de verdades reveladas, que se asumen sin discusión y se encarga de lo sobrenatural. Fe y razón son complementarias, no puede haber contradicciones entre ellas, puesto que, si las deducciones se han hecho de forma correcta, la filosofía alcanzará las mismas verdades que la teología. La filosofía hace comprensibles algunos aspectos de la fe, pero no la sustituye. No se puede conocer y tener fe a la vez, pues la fe implica incertidumbre. Las verdades teológicas guían la filosofía, son un referente que permite diferenciar entre razonamientos filosóficos erróneos y verdaderos. La verdad última teológica es inalcanzable para la filosofía, que no puede desvelar todos los misterios de la religión: mediante el razonamiento filosófico se puede demostrar la existencia de Dios, pero no se puede llegar a entender el misterio de la Trinidad.

Santo Tomás considera necesario demostrar la existencia de Dios, pues entiende que esta idea no es innata. Rechaza que la existencia de Dios pueda demostrarse a partir de su definición, ya que no existe una única definición. Para probar la existencia de Dios, recurre a unas demostraciones o vías con una estructura similar: parte de una evidencia procedente de los sentidos, se aplica un principio metafísico aceptado que llevaría a conclusiones absurdas al negar la existencia de Dios y se concluye que Dios existe. Las cinco vías son:

Vía del movimiento: las cosas están en movimiento, todo lo que se mueve requiere de un motor que lo ponga en marcha. Este motor ha sido puesto en marcha por otro motor, pero como no puede haber una secuencia infinita, debe haber un primer motor inmóvil que mueva a los demás pero que no esté en movimiento. Este motor es Dios.

Vía de la causa eficiente: todos los seres que existen tienen una causa eficiente que los ha creado, ya que nada puede generarse a sí mismo. Como no puede haber una secuencia infinita de causas, debe haber una primera causa que no ha sido causada, Dios.

Vía del ser necesario: todo lo que existe, muere, por lo que se deduce que todo es meramente posible. Todos los seres existen, pero podrían no existir, es decir, todo lo que nos rodea es contingente, procede por generación de otros seres contingentes. Como no puede haber una cadena infinita de generaciones y de la nada no puede surgir nada, es necesario que haya una divinidad creadora que ha existido siempre, Dios.

Vía del ser supremo: todas las personas pueden juzgar hechos y acciones y calificarlos como mejores o peores, gracias a que existe un bien supremo en función del cuál se juzga todo lo demás. Ese bien supremo es Dios.

Vía del gobierno del mundo: todo lo que ocurre está dirigido a un fin. Ese fin ha tenido que ser impreso por una mente superior divina, Dios.